Tras
el miedo a la bomba demográfica, el envejecimiento global
Un informe de la ONU indica que el crecimiento se
ralentiza
NUEVA YORK, sábado, 19 marzo 2005 (ZENIT.org).- El crecimiento de la población
del mundo sigue frenando, y se pronostica como cifra para el 2050 los 9.100
millones de personas, por encima de los 6.500 millones actuales. Las últimas
previsiones las publicaba el 24 de febrero la División de Población del
Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones
Unidas.
En un estudio, «Perspectivas de la Población Mundial:
Revisión de 2004», la agencia de Naciones Unidas prevé que casi todo el
crecimiento tendrá lugar en las regiones menos desarrolladas donde, de la actual
población de 5.300 millones, se espera se alcancen los 7.800 millones para el
año 2050. En contraste, la población de las regiones más desarrolladas
permanecerá en su mayoría inalterada, en los 1.200 millones. De hecho, el
informe calcula que el 95% del crecimiento de la población está teniendo lugar
en el mundo en desarrollo.
La División de Población presentaba una serie de
pronósticos para el futuro. Según la variante media, que se considera como la
más probable, en el año 2050, la población de los países más desarrollados, en
conjunto, podría caer ligeramente en cerca de un millón de personas por año, y
la del mundo en desarrollo aumentar anualmente en 35
millones.
Sin embargo, añade el informe, las estimaciones del
crecimiento futuro de la población dependen de cómo se desarrollen las tasas de
fertilidad. La actual tasa de fertilidad se encuentra en los 2,65 niños por
mujer. Es la mitad del nivel de hace 50 años. Y a lo largo de la mitad del
presente siglo, en la variante media, se estima que la fertilidad mundial se
reducirá más hasta los 2,05 niños por mujer. Añadir la mitad de un niño a esta
cifra daría como resultado una población mundial de 10.600 millones para el año
2050. Y una tasa de medio niño menos llevaría a la población hasta los 7.600
millones para mediados de siglo.
Marcadas diferencias
La situación demográfica en un futuro cercano se
caracterizará por notables diferencias entre países. Tendrá lugar un rápido
crecimiento de población en naciones como Afganistán, Burkina Faso, Burundi,
Chad, Congo, República Democrática del Congo, Liberia, Malí, Níger y
Uganda.
Resulta evidente la diferente naturaleza del
crecimiento de población por el hecho de que durante los próximos 45 años se
espera que sólo nueve países sumen la mitad del aumento de población que se
pronostica para el mundo: la India, Pakistán, Nigeria, la República Democrática
del Congo, Bangladesh, Uganda, Estados Unidos, Etiopía y
China.
Hay también diferencias notables entre los países en
desarrollo. En 2000-2005, la fertilidad permaneció en 5 niños por mujer en 35 de
los 148 países en desarrollo. Sin embargo, en 23 países en desarrollo, que suman
el 25% de la población mundial, la fertilidad ya había alcanzado niveles por
debajo de los de reemplazo generacional. Este grupo incluye a China, cuya
fertilidad durante el 2000-2005 se estima en unos 1,7 niños por
mujer.
En los 44 países desarrollados, que suman el 19% de
la población mundial, la tasa de fertilidad alcanza actualmente sólo 1,56% niños
por mujer. El informe también observa que en 15 países, situados sobre todo en
Europa meridional y oriental, la tasa de fertilidad está ahora por debajo de los
1,3 niños por mujer, un nivel tan bajo que «no tiene precedentes en la historia
humana».
El informe observa que desde 1990-1995, la caída de
la fertilidad ha sido una regla en la mayoría de los países desarrollados.
Además, los pocos aumentos registrados, como los de Bélgica, Francia, Alemania,
Holanda y Estados Unidos, han sido pequeños. Sin embargo, a pesar de estos bajos
niveles actuales, las Naciones Unidas esperan que la tendencia a la caída de la
fertilidad se invierta y se espera que aumente ligeramente hasta los 1,84 niños
por mujer en el 2045-2050.
Incluso así, la baja fertilidad en los países
desarrollados llevará a una situación en la que se espera que la población de 51
países o zonas, incluyendo Alemania, Italia, Japón, los estados bálticos y la
mayoría de los miembros de la Comunidad de Estados Independientes, sea menor en
el 2050 de lo que es en el 2005.
Algunos vivirán más
Uno de los cambios más marcados de las pasadas
décadas ha sido el aumento de la esperanza de vida. El promedio global al nacer
se estima que ha subido de los 46 años en 1950-1955 hasta los 65 años en el
2000-2005. Se espera que siga subiendo hasta alcanzar los 75 años en el
2045-2050.
En las regiones más desarrolladas, se proyecta que
aumente la esperanza de vida de los 75 años actuales a los 82 para mitad de
siglo. En los países en desarrollo, como conjunto, la esperanza de vida se
proyecta de los menos de 66 años actuales hasta los 76 años de mitad de siglo.
Y, entre los países menos desarrollados, donde la esperanza de vida actual está
por debajo de los 50 años, se espera que sean 66 años para el periodo
2045-2050.
El factor desconocido aquí es lo que pueda pasar con
los niveles de VIH/Sida. Los aumentos esperados en los países en desarrollo
contenidos en el informe dependen, de hecho, «de la puesta en práctica de
programas efectivos que prevean y traten la infección del
VIH».
En la región más afectada, África del sur, la
esperanza de vida ha caído de los 62 años en 1990-1995 a los 48 años en el
2000-2005, y se espera que en la próxima década baje más, hasta los 43 años,
antes de que comience una ligera recuperación. En consecuencia, el crecimiento
de población en la región se espera que se estanque entre el 2005 y el
2020.
Una mortalidad más alta, en parte debida al VIH/Sida,
es también un problema en la Federación Rusa y en Europa oriental. En esta
última, la esperanza de vida durante el 2000-2005 se detuvo en los 66,6 años,
por debajo de los 67,2 del periodo 1955-1960.
Envejecimiento global
Otro importante cambio en la población mundial en las
próximas décadas es el envejecimiento de la misma. La combinación de la caída de
la fertilidad y un aumento en la esperanza de vida dan como resultado que el
número de personas con 60 años o más casi se triplique, de los 672 millones del
2005 hasta cerca de 1.900 millones en el 2050. Y esto no es sólo un fenómeno de
las naciones más ricas. Actualmente, 6 de cada 10 ancianos viven en países en
desarrollo. Para el 2050, la proporción será de 8 de cada
10.
Se espera un aumento aún más marcado en el número de
las personas más ancianas, los que tienen 80 años o más. Su número aumentará de
los actuales 86 millones hasta los 394 millones en el 2050. En los países en
desarrollo, el número se elevará hasta los 278 millones de los actuales
42.
Pero si los números absolutos son mayores en los
países en desarrollo, es en el mundo desarrollado donde la sociedad verá el
envejecimiento más dramático en términos de proporción de la
población.
En estas naciones, el 20% de la población actual la
componen los mayores de 60 años. En el 2050 se espera que esta proporción sea
del 32%.
La población más anciana en los países desarrollados
ya ha sobrepasado al número de niños en el espacio de edad de los 0-14 años y
para el 2050 habrá dos personas ancianas por cada niño. En el mundo en
desarrollo, la proporción de población de 60 años o más se espera que aumente
del 8% del 2005 a cerca del 20% en el 2050.
Estas previsiones y la experiencia de los últimos
años apenas muestran cuán erróneas fueron las profecías del pasado sobre un
inminente desastre debido a la «bomba de población». Esto, sin embargo, no ha
frenado a los defensores de la planificación familiar que continúan respaldando
el aborto y los anticonceptivos.
Sobre este punto, monseñor Celestino Migliore,
observador permanente de la Santa Sede ante Naciones Unidas, pronunciaba un
discurso el 24 de febrero en el que mencionaba el tema de población y
desarrollo.
«Una sabia y humana política de población», declaraba
ante Naciones Unidas, «que respete a las personas servirá a mejorar las
condiciones de la humanidad». Esto significa dar un margen de actuación a las
personas, especialmente a las mujeres, y respetar su libertad.
Fuente Zenit,
ZS05031901